Puede que el minimalismo esté de moda, pero hay una iteración del diseño limpio que nunca pasará de moda: el diseño de interiores escandinavo. No es poca cosa ser capaz de ser comedido en la elección de la decoración y, al mismo tiempo, conseguir que un espacio resulte acogedor. Este estilo es tan popular porque responde tanto a nuestras tendencias de orden como a nuestro deseo de vivir en entornos acogedores y confortables.
Aunque la decoración nórdica lleva existiendo desde la época posterior a la Segunda Guerra Mundial e incluso más tiempo en el norte de Europa, recientemente ha experimentado un fuerte aumento de popularidad. Dado que el aspecto se define por sus líneas limpias, su minimalismo elegante y su sensación general de amplitud, no es difícil entender por qué muchos quieren dar un toque escandinavo a sus interiores.
Sin embargo, no siempre es fácil inspirarse en una foto y llevarla a la práctica. En este caso, puede que te preguntes cómo evitar que los interiores escandinavos se sientan demasiado austeros o qué tipo de muebles funcionan mejor con este look.
No te preocupes. Aquí hay una lista de los factores que definen el diseño escandinavo con consejos sobre cómo recrear este estilo en tu propia casa. Tanto si eres fan de los interiores nórdicos desde hace años como si es la primera vez que entras en contacto con ellos, seguro te encantará.
Escoge colores suaves
El color es un punto de partida importante a la hora de definir cualquier estilo de diseño. Actúa como fondo para el resto del diseño y ayuda a unir los elementos independientes de una manera cohesiva. En esto, el diseño escandinavo no es una excepción.
Este estilo se compara a menudo con el moderno de mediados de siglo. Aunque toma prestados muchos detalles de la tendencia anterior, sus paletas de colores son las que los diferencian. Los espacios modernos de mediados de siglo son conocidos por sus tonos oscuros y ricos. En los espacios escandinavos, la atención se centra en mantener las cosas luminosas, ligeras y aireadas.
Para ello, debes asegurarte de que los colores que elijas sean tenues. Utiliza tonos pastel y opta por los neutros. Si quieres añadir un poco más de color, los azules hielo y el rosa son tonos especialmente populares.
Escoge muebles de líneas limpias
Los muebles son una de las señas de identidad del diseño nórdico. Tiene un aspecto indudablemente específico. Los muebles escandinavos presentan siluetas sencillas, líneas limpias y un énfasis en los materiales naturales. En la medida de lo posible, también se apuesta por la elección de productos artesanales bien hechos en lugar de piezas producidas en masa.
En una decoración nórdica, la distribución es tan importante como los propios objetos. Es conveniente que los muebles sean el centro de atención de la habitación. Centra las salas en torno a acogedoras zonas para sentarse, las recámaras principales en torno a un exquisito juego de cama y los comedores en torno a una gran mesa de madera.
Añade calidez a través de los acentos
Hay una diferencia clave entre el diseño nórdico y otros espacios minimalistas: el nivel de confort. Mientras que muchos interiores minimalistas pueden resultar demasiado austeros o fríos, los espacios escandinavos están pensados para ser cálidos y acogedores. Los acentos acogedores y reconfortantes son la clave de ese éxito. En los países nórdicos llaman a este concepto hygge. La palabra, que se pronuncia hoo-gah, significa confort en danés y es un principio central en muchos diseños del norte de Europa. Los textiles son una forma estupenda de hacer más confortable cualquier habitación. Añade muchos cojines y mantas suaves a tu diseño. Luego, remata todo con un tapete afelpado.
Ten en cuenta que hay muchas formas de aportar calidez a la habitación, además de los textiles. También puedes considerar la incorporación de plantas y el uso de colores brillantes.
El diseño nórdico acepta el espacio vacío
Dado que el diseño nórdico es tan simplista, no es de extrañar que menos sea más. Aquí, la función de cada habitación debe ser la estrella del espectáculo. En lugar de confundir esa función con el desorden, deja que el espacio vacío te ayude a centrarte en ella.
Para ello, lo mejor es empezar desde cero. Retira todos los objetos del espacio y, una vez que tengas un terreno en blanco, vuelve a colocar pieza por pieza. Piensa como un conservador y decide individualmente si cada elemento aporta un valor específico al diseño. Cuando no estés seguro, no dudes en dejar esa pieza fuera.
Sabemos que, para algunos, el espacio vacío puede resultar incómodo al principio. Si eres una de esas personas, intenta no ceder a tus impulsos iniciales. Date un tiempo para adaptarte al nuevo diseño de la habitación. Si al cabo de unos días el espacio sigue pareciendo demasiado vacío, piensa en qué partes del diseño hay que mejorar. Ajústalo hasta que encuentres el equilibrio perfecto.
El resultado final
Dado que este estilo se basa en la integración de forma y función, centrándose en la comodidad y adoptando el “menos es más”, es fácil entender por qué tanta gente está obsesionada con el diseño nórdico. Dicho esto, sabemos que recrear una armonía puede ser mucho más difícil de lo que parece a primera vista. Estos consejos sobre cómo adoptar el diseño escandinavo pueden ayudarte a construir un look que te guste.
